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Más que solo frijoles

En muchas comunidades de Ruanda, la comida diaria completa de un niño suele consistir en frijoles y arroz, a veces con algún añadido no identificable o, a veces, sin nada en absoluto. Este plato básico se prepara de manera diferente a muchas otras culturas. El arroz está bien cocido, casi perfecto, mientras que los frijoles se sirven como alimento básico de supervivencia, no por sabor. No hay platos múltiples ni variedad: solo un plato. Suficiente para seguir vivo. Apenas.

Para los niños apoyados por SignforAfrica, esta comida diaria es una garantía de supervivencia. Pero para muchas otras personas fuera del programa, la comida puede llegar sólo dos o tres veces por semana. En lugares donde la abundancia parece un concepto extraño, estas comidas sencillas llevan el peso de la supervivencia.

Cuando Signpost for Africa asumió por primera vez la gestión de una guardería local, los niños vivían de pequeñas tazas de gachas aguadas, una porción de 200 ml destinada a durar todo el día. Mientras que las guarderías ofrecían al menos eso, muchas escuelas no ofrecían nada en absoluto.

El director local inicialmente defendió la situación: “Pero… están comiendo.”
SignforAfrica cuestionó esa noción. Los niños necesitan más que subsistencia: necesitan nutrición, crecimiento y cuidado. Se introdujo un nuevo estándar: leche, huevos cocidos, plátanos, galletas y una rotación de fruta fresca.

A pesar de las normas culturales que consideraban el potaje como un estándar alto, Signpost for Africa insistió en que los niños merecían algo mejor. La desnutrición, especialmente en forma de estómagos hinchados causados por gases y hambre, era simplemente demasiado común para ignorar.

Hoy, gracias a estos esfuerzos, los niños de las escuelas infantiles Signpost for Africa ahora disfrutan de una variedad de alimentos. Para muchos, es la primera vez que prueban una galleta, un huevo o incluso leche.

Y, sin embargo, a pesar del progreso, la necesidad sigue siendo asombrosa. Mientras un grupo de niños comienza a prosperar, miles de otros todavía se quedan sin nada. Signpost for Africa trabaja incansablemente para expandir su alcance — alimentando a más niños cada día — pero en un mundo donde el hambre avanza rápidamente, incluso la respuesta más rápida puede parecer demasiado lenta.

Esta es la realidad. Y ésta es la urgencia.