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Felicidad y Jabón

Estuve ocho días en África, buscando a Revocat, el joven que inspiró Roadmap for Help. Lo conocí por primera vez en 2017, cuando apareció en la puerta del pueblo, descalzo, cargando leña para su madre y con pantalones atados con una cuerda. Esa imagen se quedó conmigo.

Pasaron varios años y nada (ni volcanes, ni terremotos, ni guerras, ni pandemias) me conmovió tanto como volver a ver Revocat. Había crecido, se había vuelto tranquilo y elocuente. Ya hablaba inglés con fluidez e incluso me dijo que aspiraba a ser gerente, no un experto en informática como alguna vez soñó.

Cuando bromeé: “¿Quién me guiará entonces?”, se rió y explicó: un gerente es alguien que compra cabras, vacas, frijoles, arroz… y alimenta a los niños. Sonreí con asombro: “Bien, ésto puede ser”, dije.

Entonces susurró algo que me atravesó el corazón: “Me robaron el jabón en la escuela”.

No sabía si reír o llorar. Cuando me miró y me preguntó si estaba molesto, lo abracé y le prometí: “Escucha, mi querido gerente… vamos a comprar un camión lleno de jabón. Compraremos todo el jabón del mundo. Todos los niños estarán limpios y bien, no te preocupes”. Me preguntó cómo lo pagaríamos y le respondí: “Bueno, ¿somos gerentes o no? Y primero, compraremos de ti.

Eso era todo lo que quería: un día juntos y una pastilla de jabón. Nada más.