Historias de Marijana Janeković y Elena Rudolf

Hoy, estamos orgullosos de compartir las historias de dos mujeres extraordinarias que se han convertido en una parte irremplazable de nuestra misión: Marijana Janeković y Elena Rudolf. Sus historias no sólo tratan sobre costura: tratan sobre compasión, fortaleza silenciosa y la belleza de dar.

Marijana, conocida en línea como Mari Jane, es una mujer con un corazón de oro y manos incansables. Desde el momento en que se ofreció a ayudar, ha sido una fuerza constante detrás de muchas de nuestras iniciativas. A través de subastas de sus artículos hechos a mano, ella recauda fondos para apoyar nuestro trabajo, mientras que sus vestidos y pantalones hechos con amor a menudo se convierten en la primera ropa nueva que los niños reciben: para la misa dominical, la primera comunión o ocasiones especiales. Cada pieza lleva una pequeña etiqueta, un símbolo de conexión: un hilo de esperanza que vincula a cada niño con un círculo más amplio de cuidado.

Luego está Elena: humilde, callada y siempre la primera en intervenir. Cose sin cesar, reza fervientemente y apoya a los demás con una amabilidad inquebrantable. Su presencia es como un faro: silenciosa, pero fuerte. En cada puntada teje calidez y dignidad. Elena no es sólo una costurera; es el corazón de una comunidad.

A Marijana y a Elena les podemos decir solamente: gracias. Vuestras manos crean mucho más que ropa. Crean alegría, confianza y momentos de magia.